imagen obtenida de Internet
No
quiero justificar más este dolor,
se
hundió tan profundo en mis entrañas;
me
acarició con tanta rabia el corazón,
que
sangró cada pedazo mío de sueño e ilusión.
Desgarró
cada pliegue de mi piel,
devorándome
con sus ansias
en esas
horas de sueño
en las
cuales, por momentos, la soñé...
Y ahora
ríe victoriosa,
cercenando
mi razón,
me roza
y acaricia simulando placer,
¡hasta
finge llorar conmigo,
dándome sus labios sin sed!
Falsa es
la historia, jamás vivida,
dolorosa
e infame... la que jamás viviré.
Tinieblas
que se abrazaron a mis espaldas,
Estremeciendo
cada fibra de mí ser;
¡Vedlas
aquí, pegadas a mí piel!
Son las
hebras deshilachadas,
retazo
de historias que me surcan el alma,
envolviéndome
y lamiendo cada arruga;
cada
átomo descompuesto de este cuerpo
que
perece lentamente por quererte hasta morir…