Aguárdame
en tus silencios,
recógeme
en tu mirada,
y absorbeme con tus labios
¡para diluirme entero en tus venas!
Quiero
ser la saliva,
que te
penetra caliente
y se
apodera, celosa,
del
interior de tus entrañas.
Disolverme
hasta fundirme en ti,
y ser
parte de tus adentros,
haciéndome
dueño, de tu cuerpo por entero,
como la
lava que hirviendo,
muere
ciega en tus laderas.
Sentirte
vibrar una vez dentro,
como
vibra y se estremece el amor
en un
corazón como el tuyo, sensible y tierno.
Adolecer
después en ese cálido interior tuyo
de sangre, entrañas y nervios,
navegando
por siempre en tu velero
y muriendo...
en tu mismo sueño.