En medio
de la nada; Mariposa,
abres a
la fría tarde,
tus alas
majestuosas,
arrancando
un cálido suspiro:
de
quienes admiran tú belleza.
Sombras
pardas o azuladas
sobre
tus espaldas coloreadas,
persiguen
con persistencia y enojo,
colocarte
en una cajita cerrada,
con brillante
tapa acristalada.
Así con
benevolente orgullo,
presenciamos
los mortales,
el final
de tu vuelo y tus excelsas alas
¡clavadas
y pegadas a un nombre,
en letras
negras o doradas!
Mariposa
en alas de un sueño,
viviendo
en la iris del poeta;
fugaz
como un pensamiento muerto...
en manos
del maldito que te tortura y mata.