No quieras envolver mis manos y ocultarlas
en tu pecho,
sé muy bien que son solo caricias
incompletas.
El lecho donde no dormí, no tendrá jamás mi
aroma
ni tendrá lugar para los recuerdos en tu
cuerpo insatisfecho.
No quieras sentir este latido que late afín
a ti,
ayer fueron quizás, secretos que quise
compartir;
historias compartidas y que viví amándote
hasta el fin...
hoy tan solo son pasado... queriendo olvidar
todo lo que sentí.
Sueños que ideaste para los dos, son hoy los
huecos vacíos,
implementados en mi mente; recuerdos de
besos...
que imaginaste junto a mi y que siempre
negaste haberme dado.
¡No! no quieras embarcarme en tu navío de
mentiras,
pesadillas que viviste en el oscuro vagón de
tus recuerdos;
son el cauce terrible y desbocado de donde
siempre quisiste huir.
Un día me dejé mecer en tus brazos, como
loco enamorado,
y me dejé arrancar, por tus manos, el
corazón, que sangrando sigue aun aquí.
Hoy
vive en mi pecho vacío y desolado... ¡Déjalo mujer, si acaso... Morir!