Imagen obtenida de Internet
Me gusta creer que puedo esconderme en tu sonrisa
y que soy tu tacto y hasta puedo sentir
la caricia de tu piel cuando te acaricias.
Creo ser tu aliento cuando sientes un beso.
Pese a que ese beso no provenga de mis labios
y no haya sido proveniente de mi boca.
Me gusta creer que soy tus latidos,
y estar dentro de los suspiros de tu pecho
cuando lanzas esos gemidos estando tu cuerpo amado
y tú lo
disfrutas y gozas con delirio y pasión.
Quisiera introducirme en tu sangre
y navegar como oxígeno por tu pecho
hasta hacerme en tu cuerpo indispensable.
Te ansío tanto, amor, que hasta finjo ser tus manos
cuando en la penumbra de mi habitación me acaricio
y me
doy con libertad al placer solitario...
Y qué lástima mi amor...
que al despertar descubra con desencanto
que todo esto no será jamás más que un deseado
e
insatisfecho sueño.