Imagen obtenida de Internet
Nos dimos un beso,
un beso cargado de pasión,
ardiente fue el deseo
y en el cuerpo una fuerte quemazón.
Nos envolvimos,
cuerpo contra cuerpo,
las pieles encendidas
inhalando a bocanadas
nuestro incipiente amor.
Dejamos que fluyeran,
nuestros fluidos corporales
tales como la saliva y el sudor...
pieles que chocaban sin aliento
en aquella cálida y aromática habitación.
Deseos inconclusos,
de un pasado disfrutado,
Bocas vencidas en besos llenos de pasión
en un elevado trance y estado de excitación.
Seguros y felices fueron sus gemidos,
o tal vez mi inspiración lo imaginó pero,
al recordar cuánto la he amado
solo pienso en cuánto ella a mí me amó.