Imagen obtenida en Internet
Respondía a mi dolor
una triste sonrisa.
Ilumina su color,
una dulce premisa.
Ella, mi dulce, mi amor,
se me apropia, insumisa,
del alma, como una flor
que late loca y lisa
como tormenta mayor ,
enseñando su risa
con un inmenso pavor
contra una nívea brisa.
Ven, mi dulce y bella flor,
hazme soñar deprisa
que soy yo tu loco amor
y que tú eres mi risa.
Ven a mí, no es un error,
te amo, mi profetisa,
a tu lado, en el albor,
y abrazado a tu rubor,
seré yo quien requisa
el ancho de tu risa
y el dulzor de tu sabor.