Llueve
fuera...
gotas
que golpean sobre los cristales del ventanal,
forman
un vaho fino y trasparente en el cristal,
dónde,
sin querer... empecé a dibujar, un tosco corazón.
Si
supieras amor... cómo empezó a latir el mío... al pensarte,
Mi mente
salió de mí ser y se alejó, rumbo al sur pues...
Sólo a
ti te pertenecía.
Vacío y
uniforme el latido del odio quedó... acompasado y tenue,
bombeando
a mis entrañas la sangre de mis nostalgias.
Recostaba
en las alas del sillón... mi cuerpo inerte,
esperando
que mi mente te encontrara... y te trajera a verme.
Horas
así o tal vez días... o segundos fueron nada mas... no lo sé, sólo sé que al
volver mi mente a mí, tu risa sobresaltó mí espíritu y mi alma... ante tanta
felicidad... se enmudeció.
Tus
manos recorrieron mi cuerpo en mil caricias...
y esos
besos tuyos sembraron sobre mi piel, la semilla del amor...
hasta me
llevaron a soñar con esperanzas nuevas
a todo
eso, mi amor... ¡mi mente me llevó!