Extrañamente…
te extraño
y lo
hago sin pensar,
sin
dejar que la mente divague
y me
saque de dentro
mi loca
manera de amar.
Añoro
cada beso regalado,
cada
caricia de tu amor, recibida
y mil
veces disfrutada,
añoro
cada lágrima de emoción,
rota sobre
tu cuerpo.
Añoro...
cuando de mi surgía el río de lava
y te
inundaba de felicidad tu cuerpo y alma,
mientras
tus suspiros llenaban el aire
y me
regalabas la pasión de tus gemidos…
Gritos
en susurro, en mi labio se abrazaban y besaban
¡juntándose
al hacerlo nuestras dos almas!
Te añoro
y te extraño tanto…
los
suspiros se me hacen recuerdos,
pensamientos
que bucean las entrañas,
buscando
dónde una vez estuvieron unidas…
¡nuestras
dos almas!