Al trote
ligero y seguro,
caballo
de patas largas,
de crin
negra y oscura,
sobre él
con porte altivo,
¡cabalga
como un caballero!
Cabalga
el fiel escudero
con su
brillante armadura,
su larga
cabellera al viento
¡vive
Dios! lucha por ser caballero.
Una
bella dama le trae loco,
sus
cegadores ojos verdes
como
brillantes esmeraldas,
lucen
felices en su bello rostro.
Dama de
alta alcurnia
y de
esplendida hermosura,
procede
ella de alta cuna,
y del
caballero blande
en su
mano izquierda; su escudo.
A
batirse viene en duelo
El fiel
escudero,
Por su
dueño enfermo.
Por él
viste sus ropas, su emblema
¡Y sus
te quiero!
No
suspires bella dama;
dice, el
fiel escudero
mientras
la contempla y suspira.
Su
corcel al trote,
busca al
enemigo que acecha,
más no
descuida a su dueño…
fiel,
elegante, valiente ¡y caballero!
Con su
fiel espada me batiré
y
castigaré a quienes,en vil ofensa,
te
ofendieron.
Ya lucen
las espadas,
la
sangre cae a la arena,
dónde
los cuerpos chocan,
rugen o
caen rodando al suelo.
Ruedan
sobre sí,
las
espadas hieren orgullos
¡y
también sus carnes!
Y por
fin…
uno
vence al otro que,
vencido
y humillado,
de
bruces besa el suelo.
No
temas, dulce dama,
no fue
vencido… tu caballero
espada
en alto…
en su
mano, el trofeo.
Levanta
la mirada orgulloso
y grita…
¡Ya soy un caballero!
Desde
entonces fue que
le
llamaron…
El León
Caballero.
Su dama
de ojos verdes
aún
suspira y se sorprende,
de cómo
en sus pensamientos
por
aquel nuevo caballero
late
violentamente su corazón
y sus
mejillas para siempre... se encendieron