Cada vez
que pienso en lo que te amo...
siento
crecer la rabia y el dolor en mi pecho
y me
digo mil veces, lo imbécil que fui,
deshaciéndome
de tu abrazo para marcharme después.
Vacía y
hueca, sin ti, se quedó mi alma…
al igual
que un bosque cuando lo queman.
Desierto,
errático y yermo, con solo cenizas secas,
esperando
un golpe de viento, para sentir una caricia tierna.
Te tengo
aquí ante mis ojos… aunque sin estar,
tú, no me ves... y siento horrible ese pesar,
me
lloran hasta las penas... queriendo olvidar
lo que
fui… sin conseguirlo apenas.
Me
arranco a cada instante tu recuerdo...
al igual
que un día, al huir, me dejé arrancar el alma.
Y ésta
siempre vuelve a mí… llorando y lamentándose,
que de tanto quererte… ¡Mi vida sigue
aquí, sin conseguir olvidarte!