Imagen obtenida de Internet
Perdida
ya la razón le grito al viento,
¿por
qué sin un solo sentimiento me has vendido?
¿No
sabes que para el amor yo soy cobarde?
¿Por
qué me abandonaste a mi suerte
a
horas tan intempestivas y ya... tan tarde?
A
ráfagas indiscriminadas, en forma de palabras,
¿por
qué me hieres de manera tan vil y tan cobarde?
No
obstante la herida en realidad no me sangra ni me duele
pero
sí me deja en el cielo vacío de la boca...
¡la
sucia hiel de tus palabras mentirosas!
A
grito de loco voy por la calle gritando tu nombre
a quienes quieran escucharme. La rabia me puede, me agrieta el alma y
aprieta y encanece mis sienes. ¿Hasta cuándo sentiré este dolor infame... que
no me duele?
Me
sigo arrastrando por las miserias saciadas del hambre
y
hasta humillo al orgullo pidiéndote un solo beso,
que
tú no dudarás una y otra vez... en negarme.