Imagen obtenida de Internet
Me dejé engalanar
de su enojo y viral desencanto
acariciando levemente su hombro,
suave, delicado y esponjoso.
Probando seguidamente en mi rostro,
cubriéndose éste de una rojez inusual
parecida a la Cayena, al raso,
sus cinco dedos y espanto,
Mi bella dama enojada,
cálida flor de loto perfumada.
Dio tal bofetada
que al universo di nombre
del grito sordo que di,
cual afeminado nardo
enamorado de una jacaranda,
siempre inhalando su perfume
con deleite, tal si fuera baladí.
Luego de darme, enojada,
alcanzó su fina mano
a darme dulce
y tierna de caricias
a mi piel acalorada,
siendo pues ésta una historia
de final gaseoso como el carbono,
pues mi amor me dio de hostias
pensando, obtuso de mí.
que estaba de mi enamorada.