De regreso de la nada, obsoleto y gris,
regresa mi alma cansada, muy frustrada,
cuando apenas sus ojos abiertos, el iris,
su esperanza, sus ansias, su pasión descansada.
Me marcan su diáfana y pronta simbiosis.
Me hice un retruque, un lapsus, alborada
de residuos de un amoral enajenado y gris,
abducido por su insensibilidad desacertada.
Desgaste de sus dientes por halitosis
y con el vicio sucio de su siempre oda
indeterminada, escrita jugando al parchís.
Sí, volví del averno, donde habitaba
con tanta rabia e impotencia a su letal bis a bis
que perdí la alegría, la fe y el alma huida.