Imagen obtenida de Internet
No me oculto ante ti ni ante el mundo.
Soy incapaz de huir de
tu mirada. Próximo a desaparecer
de este mundo te daré mi versión de los hechos
sin esperar nada.
Nací en la calle una mañana de lluvia y desnudo
y moriré
caminando vestido con harapos
y sin rumbo, Perdido y confuso,
tal vez también en otro universo o mundo,
más cercano al infierno donde sin pedir perdón,
me adscriba o perpetúe.
No, no levantes tus ojos hacia mí
y me recrimines mientras lo difundo.
La verdad es inherente a mi castigo
por brillar por decreto y
arrobo, y por pensar (que lo dudo)
en lo
que me confundo,
Lloro tristemente por lo que me pierdo
y por lo que carezco, mudo, de tanto dolor
y con un cruel desgarro que yo mismo
me produzco y concibo.
Por ser el único culpable ante el mundo,
mi exilio y abundo
En la desidia de aquel que amó fuertemente
pero nunca supo retener
a ese gran amor.