No quiero hablar, mis sentidos me
ahogan,
soy ahora un eslogan de refresco,
un simple anuncio de champú bajarán
para quitarme el sueño del grotesco
mundo banal y obviarme del qué dirán,
para enfrentarme a mí mismo en un cerco,
amor enloquecido que enfrentarán
a dios y me harán ser un leño seco,
a punto de arder, pensando en lo que
harán
los que me amaron como quijotesco
quijote, sin Sancho o Julieta, lloran
por cuantos quisimos, sean Montesco
o fueran romeos, y nos odiarán,
por morir en un sueño frenético.