Imagen obtenida de Internet
De
negro y de luto vestí al corazón
cargándome
la bandera del rencor
y
pidiendo a mi destino una razón
para
guardar con mucha calma el dolor
y
olvidar la rabia en el caparazón,
lugar
ingrato donde oculté el dulzor.
Moribundo
y sólo como un abejón
que
mira a su abeja reina con amor.
Negro
lamento, triste el desencanto
cuando
al pensar pienso, con desilusión,
en
lo que me está pesando mi abatimiento.
Solo,
triste, vacío y tal vez, llorón.
Esa
es mi bronca voz al oir mi llanto
echando
al dolor y desesperación.