Imagen obtenida de Internet
Me negué a vivir, a soñar sin
sueño.
A vestirme por la mañana sin fe
y hasta a dudar de cada gesto o
empeño.
Miserable mendigo oliendo a azufre.
Atrapado, dormido como leño,
me lancé, sin suerte, al arrecife
y soñé que soñaba que era sueño,
cuando solo era un vulgar
mequetrefe.
Me mentía... creyéndome ser
alguien,
la ciencia lo confirmó, era un
necio
malviviendo en la tierra siendo un
alien.
Atrapado me quedé con alivio,
sin olvidarme pedir que me auxilien
porque soñar sin sueño es un
agravio.