Imagen obtenida en Internet
No
dedo dudar, sé que estás ahí, esperándome...
aunque mi vida no deje de ser un antojo
en esta desdichada espera.
Por
esa razón te ofrezco un baile,
un
desnudo de mi alma, solo para ti,
para que sigas esperándome, sin desmayar.
Será
una lenta y romántica pieza abrazados los dos,
nuestros rostros muy juntos,
sin
dejar de bailar.
Me
parece oler tu perfume, ¡tan cerca de mí estás!
que me fundo en tus ansias y me
alzo sobre ti,
penetrando en las profundidades ilógicas de la verdad.
Elevadas
esperanzas son tus anhelos,
sueños
y desvelos de poesía. Mis sueños sin
embargo,
se adormecen, entre los brazos de la amante
que busca amor, aventura y
consuelo.
Este
viejo corazón se muere y se solaza quizás, con lo que sueña, apresado por una
sola razón, para él sólo existe una esperanza, vivir
con todo y pese a todo,
¡en
su propio infierno de desesperanza!