Estoy
aturdido...
siento
su mano sobre mi pecho,
me
reclama cariño y besos.
Sus
ojos, nerviosos, buscan los míos,
¡en los
suyos, siento yo que, me he perdido!
Apasionadamente...
mi boca
se apodera de la suya
y la
pervierte...
mi
cuerpo hundo en el suyo
y se apodera
ella de... mi mente.
Tardamos
horas en darnos cuenta,
la
pasión inflamó nuestro amor
y
descuidó lo que realmente importaba,
el
querernos y adorarnos... los dos.

