Imagen obtenida de Internet
Te tuve, aunque siga creyendo que solo fuiste un sueño
o acaso solo... ¿una realidad distorsionada?
solo supe que, por mi desenfrenado deseo de poseerte,
hasta creí escuchar
como jadeabas mientras... te amaba.
Me incendiaste el cuerpo de pasión en apenas unos segundos
sintiendo de manera sonora tus gemidos.
Me abrasaste todo la piel con tus besos
y me regalaste, jadeante y emocionada tus gemidos y tus
orgasmos encadenados...
Me los gritabas furiosa y salvaje al oído,
mientras yo te susurraba en los labios,
con voz enronquecida de deseo, ardiente y apasionado…
Te amo… te amo… te amo…
Siendo así nuestros corazones atravesados por diminutas
flechas
de dolor, éxtasis y de placer inmenso por habernos amado.
Quedando inertes la una al lado del otro, sudorosos, agitados
y poseídos sin remedio
por la gracia del amor.