Imagen obtenida de Internet
Siento desazón al ver cómo se evade tu cuerpo de entre mis
dedos,
lujuriosos y ansiosos por darte placer.
Sin embargo, soy consciente, no
puedo retenerlo, huye de mí.
Deseé envolverlo a mi cuerpo
en forma de recuerdo para poder
saborearlo
una y mil veces cuando estuvieras muy lejos de mí.
Quise prender mi deseo en tu boca y sentir tus gemidos,
y te
pido angustiado que me dejes penetrar
ese aliento tuyo caliente,
para jamás
olvidarme del sabor de tu respiración.
Sabor a mujer… Mujer...
¡Ámame sin dejarte una gota de mí ser! ¡Devórame…
sáciate,
vuelve a repetir y devórame entre tus ansias y las mía!
Luego de yacer, descansar y respirar…
¡provócame e incéndiame
convirtiendo mi cuerpo en ceniza!
¡No, no me quieras dejar para después, soy tuyo nada más!
Déjame si acaso volver a acariciar ese cuerpo que me vuelve
loco.
¿Y tus labios?, ¡oh, mi amor, vuélveme loco otra vez!!
Te prometo compartir mi locura, si me dejas amarte otra vez,
tú, espérame envuelta en el deseo.
¡TE AMO! mi más bella y tierna flor de mi
jardín.
¡Jamás podré olvidarte! Estás tan dentro de mí…
tanto como la vida lo
estuvo una vez... en mi corazón.