Imagen obtenida de Internet
Me encanta tu sonrisa
y ese mohín coqueto
cuando choca tu boca con mi beso
irreverente, al igual
que tardío.
El brillo de tus ojos al mirarme,
o tu lengua cálida y caliente
cuanto te relames de deseo
y mojas tus labios rojos al besarme.
La curva de la piel de tu vientre
o la dulce línea de tus suculentos deslices,
tan solo esperando el momento
de ser devorados por mi boca hambrienta.
Amo cada pliegue de tu piel,
cada orificio donde son guardados
tus secretos, fieles tesoros de mis ansias,
para las ansias de tu goce o de mi pecado.
No me cansaré de desearte ni amarte
ni de observarme en cada gesto tuyo,
en cada parpadeo de tus ojos
ni en cada latido por ti y por mí dados.
No cesaré en mi empeño por poseerte,
buscándote en cada bella flor y en sus aromas
o en cada letra de los “te quiero”
de una hermosa canción.