Imagen obtenida de Internet
Me
recreo en su mirada, la observo y admiro.
Es
ella, mi amor, a la que yo más amo y deseo.
Lo sé ella también vibra ante mis besos
y
se estremece ante mis anhelos.
Su
sonrisa de niña me transporta, me eleva
y su
alma de mujer enamorada e ilusionada,
hacen que
desee beberme su aliento
ardiente e incluso sus silencios.
¡Te
amo! le grito y grito
sin
parar… para mis adentros.
Porque
para afuera… ¡no puedo!
Ella
no está sola,
“alguien”
que no soy yo,
la
acompaña y protege aunque yo no lo quiera,
porque en mis sueños, solo viaja
conmigo.
Mi
cuerpo, sentidos y entrañas,
la
esperan, pero no dormido,
enajenado
tal vez en una locura buena,
la de quererla,
adorarla y protegerla.
Viviré
para quererla, para sentirla,
viviendo
en una nube,
aquella
de lo alto, la que nadie espera,
salvo mis
silencios, cuando la contempla.
Escribirte
yo quiero, palabras que te lleguen,
suspiros
que tú quieras, para amarte
y abrazarte
tan solo con mis pensamientos
mientras tú, me sueñas y esperas…