Imagen obtenida de Internet
Ya no podré huir de tu influjo
[no quiero]
Te introdujiste tan profundo en mi psique,
en mi alma y en mis sentidos,
que por más que quisiera [y no quiero]
escapar… ya no podría.
Ahora ya no solo te tengo en imágenes,
también me llené de ese lindo sonido,
esa voz tuya de campanilla,
dulce, tierna, ¡graciosa como un delirio!
Sí, me tienes atrapado
y lo más gracioso, es que
no fuiste tú quien echó las redes
tal vez ni yo lo hiciera
¿será casualidad o fue el destino quien nos unió?
No importa, no deseo saberlo.
Me basta con saber que te amo,
que eres mi delirio,
que estoy por tus huesos
y que también persigo… tu cariño.
Lo demás ¿a quién le importa?
Si con quererte yo me conformo
y con venerarte me inoculo
yo mismo el veneno del amor.
¿Para qué perder el tiempo en pensar
para quién fue que te creó Dios?
Si, ya sé que naciste para mí,
para mi goce y también para mi dolor.
Quién sabe, quizás la felicidad sea eso,
querernos como nos queremos
y tal vez, un día, sin desearlo,
¡tener que decirnos adiós!