Imagen obtenida de Internet
Buenos días amada mía, hoy vengo a recolectar tus palabras, saborear
las mieles de tus labios afrutados
y a aspirar e inhalar el perfume de tu
esencia,
mientras me deleito acariciándote en este, mi sueño bien hallado.
Estás ahí, sentada frente al ordenador,
tus manos acarician las teclas y suspiras.
Me piensas y tus labios esbozan una sonrisa
¿te hago feliz, mi amor? pues ese es mi mayor deseo,
mí
tesoro, verte sonreír.
Surge un gemido involuntario de tu boca,
te asustas y giras mirando hacia atrás.
Por suerte, él, sigue a las bravas,
tal vez pensando en la última jugada
de su equipo en el césped artificial.
No importa amor, tú y yo seguiremos,
continuaremos en este sueño, en el que es grato soñar.
Un sueño del que yo no quiero despertar,
si no es con mi boca en tus labios
y teniéndote contra mi pecho apretada y enamorada.