Ilustración de Olga Artigas
Melancólica, llorosa y
Triste,
observa desde su
tristeza,
allá en su ventana del
ático,
a los viandantes.
Su nostalgia es tan
palpable que
la deja indefensa y sin
sentido,
llorando sin parar.
Solo se siente capaz de
observar,
seguir cada movimiento
de sus vecinos,
esos que la critican
tanto.
¿Por qué? se pregunta,
las personas pierden su
identidad
para adquirir la del
vecino?
¿Tan faltos están de
fe,
afectos e incapaces
de absorber sus propios
destinos?
La oscura figura
suspira,
su mirada se opaca
y oscurece aún más
que su propia sombra,
Se lástima, pensando,
recordando cuando su
vida
era de verdad suya...
"Ay, su querida
infancia…
cuando, en su
inocencia,
no conocía el mal.
La maldad no existía
para ella,
vivía feliz en su
ignorancia.
¿Qué pasó?
Su cabeza no dejaba
de girar y girar...
¿Pasar? no
sabía..."
pero allí seguía ella,
triste y pegada a su
ventana,
llorando sin parar...