Imagen obtenida de Internet
No te despediste ni viniste a decirme adiós,
te
perdiste en la distancia, en un sin sentido,
dejando
que mi mente enloqueciera y divagara.
Y
no me dejaste una, ni dos, ¡sino tres veces!
Yo,
que amé tantas veces idolatré tu cuerpo
como
al de una diosa, aunque...
causé,
sin quererlo, a tu amor tanto dolor...
Hoy
solo le pido al pasado... ¡morirme, sin decirte adiós!
Ya
olvidé que en mi carne sufrí tu olvido,
porque
me juzgaste sin darme ninguna opción.
Hoy
vuelvo a viajar rozando con mis dedos el futuro,
aquel
que tu ira y no tu amor, ¡no me perdonó!
También
pienso que los sueños que fueron obviados,
son
los que se fijarán más obcecados dentro de mí ser.
vivirán
y se disculparán por sus pecados,
los
que por no tenerte... ¡fracasaron y olvidaron de mí!