Quiero
borrar el absurdo de tus besos,
a la
lluvia perpetua de tu mirada,
y a la
desazón de ese sueño que tú
convertiste
con saña en mi pesadilla.
La furia
del ayer me abandonó,
hoy, ya
no siento nada…
la calma
se aposentó en mi alma...
te amé
tanto y tanto me hiciste sufrir.
Nunca
más volveré a sentir
lo que
un día tú, me hiciste sentir a mí.
Despreciado
y aborrecido, ese fue mi fin.
Ya se
acabaron los sueños
desperté
al fin de la horrible pesadilla,
mi
almohada permanece lejos,
ausente,
muda y ciega a tu perfume.
Solo un
leve resplandor
alumbra
esos vacíos recuerdos,
aquello
que nos unió, el amor,
ya solo
son… malos recuerdos.