Añoro
las caricias perfectas de tus manos,
el
palpitar acelerado de tu corazón al abrazarnos,
siempre
temblando de pasión y deseo,
cuando
nuestras bocas se engarzan en un beso.
Ya no
estás conmigo, aunque permaneces en mi recuerdo,
simplemente,
desapareciste sin dejar dirección,
¿en qué
callada tarde te fuiste.. sin una nota, sin un adiós?
Desaparecieron
tus manos de mi cuerpo, esas caricias tuyas de amor y hasta tus besos
apasionados, cercados por mis labios...
y
apresados por mi corazón, todo convertido en humo... sin un adiós.
Aún
suspiro, sin querer pensar, de dónde viniste...
ni
entender ¿Por qué robarme el ansia de las entrañas?
¿Y dónde
quedó todo nuestro amor?