Esa
caricia tuya,
que me
haces sin hablar,
son como
letras entrecortadas,
sin
líneas, besando mi boca, sin besar…
Sin
apenas rozarse los alientos.
me
penetras tan adentro…
te amo,
y es tu amor quién
desde la
lejanía, me reclama.
Vida
mía…
hasta el
fin de mis días,
te
aguardaré noches y días,
deseándote
cada día más,
mientras
nuestro amor… resista.
Cada vez
que hacemos el amor,
ella es
energía pura, una luz cegadora,
que
penetra en mi cuerpo y me devuelve la vida
mi
amante, la de mis sueños más obscenos.
Por
amarte y sentirte así… tan cercana y a la vez… tan distante.
me
gritas y te grito, sin voz, con las letras que salen del alma mía
y se
pierden a través del sonido de tu corazón.
¡Amor!
¡Oh, mi amor! ¡te amo tanto!...
quiere
decirte tanto mi corazón…
y es el
alma quien lo grita al infinito, con tremenda desesperación.