Con la fuerza de mis ganas y tú deseo, vida mía.
Sentirás en
tu pecho como se desgrana y desgarra mi alma.
Cuando te abrazo, te acaricio, me
suspiras
o pruebo el sabor dulce de tus lágrimas...
Será entonces cuando tu cuerpo ardiente
se abra a mi cuerpo, al
mismo tiempo
que se abrirá tu corazón, tus ganas y tus entrañas…
Mi carne dura y palpitante, sin pensarlo dos veces,
penetrará
en tu carne, y se desvestirá en tu alma
para que sientas en ti, mi amor,
mis ansias tantos años guardadas
y ahora al fin desbocadas, al
mismo tiempo,
la agonía y la vida abriendo libres y felices, sus alas.