Imagen obtenida de Internet
Me susurra como suspiro de golondrina
y se abre y enciende como pétalo de rosa
cuando mis caricias profundizan... y
adivina,
con delicioso empeño, hasta qué punto
abrasa,
la horquilla lujuriosa que mi cuerpo
aglutina
sobre su piel lisa excitante y apetitosa:
mandarina abierta, olorosa, diáfana:
ríe feliz, de ser poseída por mi gustosa.
Fruta dulce en mi boca, manjar de dioses
vivos:
poder le fue dado, sobre el hombre y para
el hombre,
para su goce, delirio, vida o desengaños.
Flor que me incendia, me quema, fascina y
da hambre:
que
se me arrulla sumisa y fiel ante mis besos...
pasión que se vive en los sueños y ahora
es... ¡libre!