Imagen obtenida de Internet
Eres pura dulzura, tan dulce y serena
como la luna llena anacarada. Eres la más fogosa pasión,
apasionada como la turbulencia de un volcán en erupción.
Eres como una bella flor perfumada, rica siembra de dalias,
rosas
y margaritas doradas. Perfume agridulce de noches tórridas,
salvajes, cálidas y
a la vez pausadas.
Eres el fuego que me consume, la yesca que enciende mis
sentidos,
la que sabe apagarme y convertirme en cenizas,
después de una noche apasionada.
Eres cuerpo cimbreante, excitante carne que me embelesa,
palpitante
lujuria que ya me poseyó el alma
y que me encadena el cuerpo a un solo deseo…
ser tuyo, ser preso de tu lascivia,
atado y sujeto para siempre a tus caricias.