Imagen obtenida de internet
Me
encanta suspirar cuando estás conmigo,
mirarte
fijamente y observar tu rubor
cuando
te das cuenta y sabes
que
me imagino haciéndolo contigo.
Me
emociona aspirar tu perfume,
ese
suave aroma a violetas que tú sabes
me
vuelve loco y me incita
a
querer fundirme contigo.
Tan
delicada flor… ¡que te necesito conmigo!
A
mi lado y entre mis brazos,
mis
labios en tu boca,
e
inhalando y absorbiendo tus suspiros.
Me
maravilla tu ternura, tu blanca piel perfumada,
tus
ansias de ser poseída
y
hasta el modo en que absorbes mis gemidos.
Eres
la imperfección perfecta, la justa medida de mis ansias, la insaciable
terquedad de una pasión enfebrecida, y la desmedida sumisión de quien sabe,
es
mi dueña y me domina.
Por
esa misma razón sé de sobras que no estoy loco,
que solo vivo envenenado, pero
feliz y dichoso sabiendo
¡que
nunca será contigo!
Me
encanta suspirar cuando estás conmigo,
mirarte
fijamente y observar tu rubor
cuando
te das cuenta y sabes
que
me imagino haciéndolo contigo.
Me
emociona aspirar tu perfume,
ese
suave aroma a violetas que tú sabes
me
vuelve loco y me incita
a
querer fundirme contigo.
Tan
delicada flor… ¡que te necesito conmigo!
A
mi lado y entre mis brazos,
mis
labios en tu boca,
e
inhalando y absorbiendo tus suspiros.
Me
maravilla tu ternura, tu blanca piel perfumada,
tus
ansias de ser poseída
y
hasta el modo en que absorbes mis gemidos.
Eres
la imperfección perfecta, la justa medida de mis ansias, la insaciable
terquedad de una pasión enfebrecida, y la desmedida sumisión de quien sabe,
es
mi dueña y me domina.
Por
esa misma razón sé de sobras que no estoy loco,
que solo vivo envenenado, pero
feliz y dichoso sabiendo
¡que
nunca será contigo!