Imagen obtenida de Internet
Siempre me enamoré de unos ojos sinceros
o
de una bonita y agradable sonrisa.
Me
habituaba a sentir sus caricias,
antes
incluso que llegaran a tocarme sus manos.
Inhalaba
a distancia con ansia, su perfume,
mientras
me dejaba observar admirado.
Me
extasiaba, ido, por el calor de sus labios
a
los que ni siquiera había rozado.
Linda
es la pasión del enamoramiento,
cálida
la emoción y el sentimiento que despierta,
y
aún mejor para el bien amar,
cuando
sin miedo, puedes mostrar, sin temor,
tus sentimientos.
Echo
tanto en falta esa emoción…
que
me siento huérfano viviendo sin ella,
no
sintiendo mi piel erizada, estremecida
o
caliente y de pasión enfebrecida.
¡Quiero
enamorarme de nuevo!
sentir
bullir la sangre en mis venas
hasta
que el corazón parezca gritarme;
¡estoy
vivo, amo y soy querido!