Se
me derraman las esperanzas,
se
me disuelven las ilusiones,
mientras
el tiempo pasa y transcurre
y
mi alma, inquieta y triste,
se
me diluye entre las piedras.
No
hay dedos que me acaricien
ni
labios que besen furtivos, mi boca...
solo
la seca estopa del baño
raspa
mi espalda y finge ser mi compañera.
Se
me desgarran las entrañas,
me
quiebra el dolor; y el llanto...
se
me hace dueño absoluto
y
me atormenta con morir solo...
y
en un lugar cualquiera.
Se
me atraviesan los gemidos
en
la garganta,
se
me anudan las vísceras al corazón
y
se truncan mis sueños...
de
ser feliz... una mañana cualquiera.