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No me olvides, solo te pido eso, que no me olvides,
porque necesito saber que sigo
entre tus recuerdos y que mi mundo,
el nuestro, aquel que forjamos
tú y yo siga lleno de luz y de vida.
Recuerda, cariño, que navegamos
una y otra vez remando contra el viento,
agarrados los dos a un mismo timón
y empujados con fuerza por el mismo viento.
Nos llevamos muchos años luchando
porque nuestro campo por fin floreciera,
diera buenos frutos y nos embelleciese
con su amor siempre ¡y en todas las primaveras!
No me vayas a tirar a ese pozo insalubre
donde todo se pudre y emponzoña.
Donde por virtud de una sola carta ventajista,
solo uno de los dos sobrevive, mientras el otro
asiste triste a su injusta, cruel realidad
y se desmorona, se aísla, sufre y muere.