Imagen obtenida de Internet
Ella mira por la ventana,
sus ojos opacos se llenan de lágrimas,
se siente sola, desprotegida,
le robaron sus recuerdos, no le queda nada.
A sus ojos, acostumbrados a la oscuridad,
le llegan imágenes deslucidas
que se ocultan tras la fina capa
de su incipiente demencia senil.
Pero qué importa...
¿Acaso hay a alguien que le preocupe que no recuerde?
Ni ella misma se acuerda ya de cuánto tiempo
hace que está allí, en la misma ventana.
¿La misma ventana...?
¿Cuántas ventanas habrá visitado ya?
No lo sabe... ella sigue ahí,
a solas con su soledad,
perdida en esa otra galaxia infinita
donde lo mejor que le pudo pasar,
fue no recordar...