No
lo puedo remediar,
me
vuelven loco tus ojos,
ese
aire de felina y de mar revuelto,
tu
sonrisa desenvuelta y loca de atar.
Ese
cuerpo que cimbrea
y
que de mirarlo me hace la sangre burbujear,
haciendo
que redoble
entonces
mis esfuerzos
para
poderte conquistar.
No
sabes niña mía,
no,
no lo sabes,
cómo
tus ojos me hacen vibrar,
me
sale de muy adentro,
de
donde se estremecen las vísceras,
hace
redobles de tambores, el corazón;
saltándome alborozado en el pecho,
y
me saltan todas las alarmas
en
mi cerebro por quererte besar y estrujar.
Me
vienen a la mente
unos
lujuriosos pensamientos,
quererte,
amarte y gozarte
y
sentir como mi lava ardiente
penetra
en llamaradas calientes
y
estalla en el interior de tu cuerpo,
impidiéndote
después con un beso...
que
te vuelvas a marchar.