Imagen obtenida de Internet
Si estuviera contigo amor,
cerquita, muy cerquita
¡hasta quemarnos el aliento!
Mis manos en tus manos,
mi cuerpo pegado a tu cuerpo.
Tus labios húmedos y calientes
tan próximos a mi piel y provocándome
una ardiente y asfixiante
calentura en la boca.
Recrearía cada instante guardado en mi memoria,
como si
sintiera de nuevo el beso tuyo apasionado
en aquella aciaga noche loca.
Te seguiría amando y gozando, al tiempo que
sentiría a nuestros cuerpos batallando y disfrutando
aquellos
minutos que fueron horas y horas de amor y sexo.
Y haré por atesorar esas horas,
como atesora el avaro,
las monedas
de oro que roba.
Tan dentro de mis entrañas y tan hondo te llevo,
que por más
que quiera olvidarte
¡En mi pecho te guardaré para siempre!
En este corazón deshecho, vivo casi sin querer,
la angustia de
las horas y navegando por un río sin cauce,
guarnecido por el pesar de las
lágrimas de la aurora.