Imagen obtenida de Internet
Embarcado en esta tristeza que me desvela e intimida,
soy tan
solo el eco de los pasos de mi propia desesperación, aquellos que huyen dando
bandazos como un ciego al que han robado su bastón y que, temeroso,
navega bajo
la angustia oprimida de su sin razón.
Me dejo envolver por el manto frío,
desasosegado y cruel, y
dejo a mis pensamientos
abatirme a golpes de zurdazos a mi alma.
Golpes secos y díscolos que se me asemejan
a la furia de algún
Dios, vengativo, dubitativo y hasta vomitivo, de tan primitivo que llegara a
ser.
Esta nave es cobijo de un corazón herido
y un alma quebrada,
es la desangelada obra infame
de un pintor de letras, mal dadas,
Es historia de un fracaso, un sueño convertido en pesadilla
en
la incólume leyenda de un maldito
despropósito y un exitoso error.