Imagen obtenida de Internet
Se estremece ante mi abrazo,
y tierna y dulce, se deja envolver
por mi locura, tan amada es por mí que,
mi adoración para ella es una aventura.
La acurruco entre mis brazos y mis labios
se hacen dueños, una
vez más,
de su boca desatada y llena de lujuria.
Se distrae gozosa mordiéndome la boca,
arañándome cada átomo de mi piel,
mientras yo me agito en sus entrañas
y hago pura magia convirtiéndola en mujer.
Las ansias se apoderan y adueñan de los dos
y no reprimimos
nuestros gemidos,
dejando que estos nos invadan los cuerpos
mientras nos morimos
en cada orgasmo vencido.