Imagen obtenida de Internet
Te paseaste ante mí, descalza,
diste tres vueltas sobre ti misma
mientras te observaba,
mis ojos se mostraban opacos
pero mi corazón se aceleraba.
Me sonreíste al besar mí mejilla,
y yo me deshice al inhalar tu perfume.
Apretaste un instante mi mano
y yo temblé de emoción y alegría.
Llevabas un diminuto bikini rojo,
era lo único que tu cuerpo lucía,
bajo él, tu delgada figura se explaya
y a mi mente, en pleno shock, la desarmas.
Tuve aún en contra de mis deseos,
que volver a mis funciones, aunque,
no te perdí de vista, de lejos, mis ojos te sonreían,
mientras
tú, con tu mirada, me seducías.
Han pasado muchos años, y los recuerdos
no son ya como los de aquel día.
Sin embargo, el tic tac de las horas pasadas,
me siguen devolviendo al oído, el eco de tu risa.