Imagen obtenida de Internet
Nada
es tan imposible como querer apresar
o
dominar el ondular del viento.
Quisiéramos
retenerlo, ¡fundirlo entre nuestros dedos!,
cincelando
con él a placer, ¡todos nuestros anhelos!
Pese
a sentir como nos golpea sin cesar,
negándonos
su excitante visión.
Hasta
se oscurece ante tus ojos verdes
y
nos lleva a ambos ante mundos infames,
donde
la luz jamás nos vuelve a aparecer.
Desaparecerá...
entonces sí, para siempre,
sin
querer esperarnos, dejándonos solos
y
sumiendo nuestras almas en la oscuridad.
No
volveré a sentir clavados en mí ser
tus
preciosos ojos verdes... ni besaré la flor de tú pensamiento.
Pensando que tú,
solo tú te fuiste
en
persecución del viento, el mismo que a mí me apartó
y
me alejó a la vez de tu desprecio.