Imagen obtenida de Internet
Cae con fuerza la oscuridad sobre mi alma,
pesan horrores y lastiman mis dolores,
aquellos que me afligen y hieren mi calma,
flagelándose con sus desangelados temores.
Me asisto con pensamientos que quieren ser más que yo mismo,
entre las sombras y las tinieblas como si fuesen un seísmo,
logrando éstos
sacudir las entrañas de mi cuerpo
como lo haría un cataclismo.
Me dejé envolver por el dolor, mostrando mi piel llena de
llagas
y heridas e intentando recobrar las fuerzas que me han sido quitadas.
Diluidas éstas entre socavones de nervios y vísceras perforadas:
pendiente tan
solo de suturarlas o sanarlas, con mis lágrimas más veladas.
Una tormenta de sabores, mezcla de hiel y vinagre me
persiguen,
aplastándome contra la roca de mis temores,
batallando entre el
amasijo de mis pesadillas sin que éstas me amarguen
o se deshagan de una vez de
este terror, en dulces y ya olvidados desamores.
Cae con fuerza la oscuridad sobre mi alma,
pesan horrores y lastiman mis dolores,
aquellos que me afligen y hieren mi calma,
flagelándose con sus desangelados temores.
Me asisto con pensamientos que quieren ser más que yo mismo,
entre las sombras y las tinieblas como si fuesen un seísmo,
logrando éstos
sacudir las entrañas de mi cuerpo
como lo haría un cataclismo.
Me dejé envolver por el dolor, mostrando mi piel llena de
llagas
y heridas e intentando recobrar las fuerzas que me han sido quitadas.
Diluidas éstas entre socavones de nervios y vísceras perforadas:
pendiente tan
solo de suturarlas o sanarlas, con mis lágrimas más veladas.
Una tormenta de sabores, mezcla de hiel y vinagre me
persiguen,
aplastándome contra la roca de mis temores,
batallando entre el
amasijo de mis pesadillas sin que éstas me amarguen
o se deshagan de una vez de
este terror, en dulces y ya olvidados desamores.