Imagen obtenida de Internet
Me conociste siendo frío como el hielo
y estando desilusionado y apático con el amor,
dispuesto solo a dejarme llevar por el deseo
como un borracho a su botella de licor.
No puedo decirte ni expresarte cómo lo lograste,
si acaso dejarte mirar en el fondo de mí mismo
o abrirme el corazón para que entres tú misma en él
y así dejar que te adorare sin tener que pensar en
¿qué pasó? o ¿en qué hago yo aquí?
Más no importa si el hielo de esta coraza se deshizo
o si una vez, inocente de mí, culpé de mi desgracia,
al amor… hoy tan solo me importa que tú existes
y que fueses la brillante llama que me desarmó.