Mis ojos
ya no se sorprenden,
callan,
sí, tanto que duele su silencio,
mas no
me importa, sé lo que me dicen.
Eres la
hermosura, mi sueño más preciado,
sin ella
no camino, ni quiero ir a ningún lado;
¡dios, cuánto la amo!
¡Calla
corazón! lo sé… está muy lejos,
y mis
manos no pueden alcanzarla.
El Dolor
sangrante fluye sin parar
de una
herida en mi pecho abierto, dolorido y sediento.
Se me
descuadra la memoria de solo pensarla,
tal y
como la pienso… desnuda, cálida en su cama,
esperándome
insinuante y excitada...
como la
carne roja que late sin control para gozarla.
Sublime
ensoñación cuando, despierto, la sueño,
estoy
con ella, besando su vientre niveo;
me
adhiero a su imagen, la domino,
más
nunca la consigo… ¡tan lejos de ella queda mi sino!
Calla
corazón, demasiado sé que no me escucha,
que
tampoco me ve… ni siquiera sabe que existo,
sin
embargo… me ama y vive, cómo no, ¡dentro de mi sueño!