Me recree en la
dulzura de sus ojos y en su mirada
saboreando su
dulce sensación acaramelada,
sus finos y
tiernos dedos acariciándome la espalda;
luego de besarla
y beberle su aliento de enamorada.
Mujer de un solo
hombre, mujer fiel, amante y enamorada,
siguiendo la
estela, su corazón, tras su alma ilusionada;
dueña es de mis
besos, de mi ser y de mi alma abandonada.
Ella me encontró,
falto de fe, de ilusión y de esperanza,
recorriendo
senderos, perdido, con dolor, asperezas...
por eso, hoy, con
su abrazo, me recreo en su alabanza,
sus dulces besos,
en ella y abrigado entre sus vergüenzas.
A ti, mio amore, van dedicados estos versos y
estrofas,
sonetos que son
latidos de mi corazón, con la tinta
roja y caliente
de mi sangre, ven, disfrútalas ¡son tuyas!