Imagen obtenida de Internet
Mis manos son candela en tu cuerpo,
que modelan mis dedos como cincel
y que se insertan, locos en el tiempo,
al penetrar mi carne en ti como miel.
Te humedeces, gritas y
yo te esculpo
cada línea no escrita,
con mi pincel.
Te llamo, te beso y de ti me empapo.
Tu cuerpo se eleva, lo aprieto y aúpo
y me sumerjo en él como río fiel
que en cascadas de placer, arropo.
Tiemblas, te enervas, te fundes con mi piel,
ululo, hago ruido, chirrío, palpo
y después de fundirte, bebo tu hiel
y muero al cenit, bebiendo tu aguamiel.